domingo, 16 de abril de 2017

Songs of Faith and Devotion


Tres años como paréntesis, luego de su disco Violator de 1990, tiempo suficiente para que el mundo del rock cambiara de manera más o menos dramática. Ahí estaba ya, plenamente instalado, el grunge, mismo que nada tenía que ver con la música de Depeche Mode, cuando menos en apariencia. No obstante, tanto lo que se hacía en Seattle y otras ciudades norteamericanas como lo que durante varios años habían hecho Martin Gore y compañía tenían un común denominador: el punk. Y aunque ahí estaba Nine Inch Nails, con un Trent Reznor que parecía haber sabido fusionar los sonidos electrónicos de Depeche Mode con el desesperado espíritu de Nirvana, Soundgarden, Alice in Chains o Pearl Jam, el cuarteto de Basildon supo también adaptarse a los tiempos y fruto de ello es de algún modo Songs of Faith and Devotion (1993),
  Con otra actitud (David Gahan de pronto había adquirido la apariencia inequívoca de un cantante de rock), un mayor uso de la guitarra y un sonido un tanto más orgánico y menos sintetizado, aunque sin perder en absoluto el sello de la casa, el disco resulta magnífico.
  “I Feel You”, el corte inicial, es –como alguien dijo por ahí– una canción de devoción cantada como si fuera una canción de fe. Dura, contundente, seca, pero a la vez profunda e introspectiva, esta oscura tonada de amor (“This is the morning of our love”, dice la letra de Martin Gore cantada por David Gahan) revela las nuevas sendas a las cuales se abría la banda. Algo parecido puede decirse de otros de los cortes que conforman el plato. “Condemnation”, por ejemplo, es un tema vibrante y pleno de pasión, con un sentimiento negramente gospeliano, una absoluta joya, mientras que “In Your Room” también se encuentra imbuido de ese espíritu casi religioso que hace de Canciones de fe y devoción una obra tan especial. Todo ello sin olvidar composiciones tan buenas como “Walking in My Shoes”, “Judas” y “The Mercy in You”.
  Un trabajo más que memorable.

(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No.21, dedicado a Depeche Mode y publicado en junio de 2005)

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