domingo, 11 de diciembre de 2022

¿Quién teme a Concha Michel?

 
Para mi madre, Rebeca Michel Ruelas (1922-2021), quien era sobrina de Concha.

Este 27 de diciembre se cumple un aniversario más de la muerte de Concepción Michel. Quizás el nombre no le diga mucho al lector. Sin embargo, se trata de una de las más importantes y controvertidas representantes de la canción mexicana del siglo pasado, en especial del corrido. Cantante vernácula, militante del Partido Comunista mexicano, feminista, compositora, dramaturga, ensayista y aventurera, nació hace 123 años, el 24 de mayo de 1899, en Villa de la Purificación, población próxima a la ciudad de Autlán, en Jalisco.

   Su abuelo, Luis Michel, fue una especie de señor feudal de la costa jalisciense. Dado que Concha era una niña caprichosa y rebelde, su familia decidió recluirla a los siete años de edad en el Convento de San Ignacio de Loyola que su abuelo había hecho construir en el cercano pueblo de Ejutla. Fue ahí donde se enamoró de la música, por lo que aprendió a cantar y tocar la guitarra. Pero su espíritu de revuelta no descansaba y antes de llegar a la adolescencia, a sus tempranos once años, su rebeldía y su  inquietud la llevaron a organizar y liderar una fuga de novicias y una quema de santos. Fue expulsada del convento y aunque regresó a vivir con sus padres, aquello duraría poco tiempo. 

  Tenía tan sólo 14 primaveras cuando decidió irse a recorrer el mundo, algo verdaderamente insólito para una mujer de aquella época y de una región tan cerradamente tradicionalista. Pero Concha poseía un carácter tan fuerte y decidido que rompió con el molde de las mujeres jóvenes del México de ese tiempo, a quienes se les exigía pureza, pudor y recato. . 

  Así, en 1916, con 17 dólares en la bolsa y guitarra en mano, viajó a los Estados Unidos para ganarse la vida cantando en cada lugar por donde iba pasando. 

  Regresaría a México en los años post revolucionarios.   En 1918, se afilió al Partido Comunista y contrajo matrimonio con su secretario general, Hernán Laborde, con quien mantendría una relación hasta la muerte de éste, en 1955. 

  Con su guitarra, vestida siempre con vestimentas indígenas, recorrió el país durante 1925 y 1926, para cantar sus propias canciones y sus corridos revolucionarios (como “Los agraristas”) y anticlericales, al tiempo que recopilaba un cancionero indígena que llegó a contar con cinco mil piezas. Lamentablemente, el cancionero nunca fue publicado por la falta de interés oficial.

  En 1932, Concha Michel volvió a Nueva York, donde permaneció cerca de un año, contratada por la Escuela de Ciencias Sociales. Ahí conoció a Frida Kahlo (con quien solía cantar a dueto) y a Diego Rivera (para quien gustaba posar). Apoyada sólo por su voz y su guitarra, llegó a cantar para John D. Rockefeller, quien la invitó a su enorme mansión para celebrar el cumpleaños del magnate. También fue contratada para presentarse en la inauguración de una exposición en el Museo de Arte Moderno, donde ganó mil 200 dólares. Con ese dinero pudo pagarse un viaje a Europa y llegó hasta la Unión Soviética, donde conoció a pensadoras feministas como Clara Zetkin y Alexandra Kollontai, además de encontrarse con su amiga Tina Modotti, quien vivía exiliada en Moscú, tras haber sido expulsada por el gobierno de México en 1930.

  Al año siguiente, Concha regresó a México y trabajo como organizadora rural para la Secretaría de Educación Pública, dentro del Programa de Misiones Culturales.   Fue además, maestra, activista política, conferencista y dramaturga. Debido a su posición feminista, en 1933 fue expulsada del Partido Comunista. Su respuesta fue publicar un panfleto llamado Marxistas y “marxistas”, en el que daba sus opiniones sobre “el asunto de la mujer”.

  En 1936, encabezó a un grupo de más de 200 mujeres que invadieron una de las propiedades del presidente Plutarco Elías Calles, para demandar que ahí se construyera un centro de capacitación para mujeres rurales. Los guardias del presidente desalojaron a las invasoras, mientras Michel negociaba con él. Más tarde, ya siendo presidente Lázaro Cárdenas, este le otorgó una propiedad para fundar en ella un centro de capacitación. Con Cárdenas colaboró intensamente, asistiendo a mítines y encuentros masivos en los que usaba su música para promover sus ideales políticos y contar historias de la revolución.

  En 1950, la artista estableció el Instituto de Folklore en la ciudad de Morelia, con el fin de preservar la cultura indígena del estado de Michoacán. A partir de entonces, tomó a la capital michoacana como su lugar de residencia principal.

  Concha Michel no era precisamente feminista. Aunque afirmaba que “Dios no puede ser varón aunque los humanos lo hayamos imaginado así”, su idea era la de un dios que “para ser universal, deberá ser dual y esa dualidad, por solidaria, es siempre la unidad. Hombre y mujer solidarios representan la unidad en la célula vital”.   

  A principios de los años ochenta, junto con otras ocho mujeres, entre las que se encontraban Aurora Reyes, Natalia Moguel y Antonieta Rascón, Concha firmó un documento denominado La Dualidad, cuya propuesta consistía en un programa de acción mundial para que mujeres y hombres se incorporaran a una permanente lucha ideológica y afirmativa contra el autoritarismo patriarcal. “Mientras no se integre el concepto de «dualidad», base fundamental de la sociedad, la dirección de la humanidad seguirá equivocada”, decía el documento.

  Según escribe la investigadora Begoña Caballero Sagardia, “aunque no es una tarea fácil encontrar alguna canción compuesta y cantada por esta mujer de gran carácter y talento, en el trabajo titulado ‘El Romance Español y el corrido mexicano: estudio comparativo’,  realizado por Vicente T. Mendoza en el año 1939, se citan dos: “La güera Chabela” y “La delgadina”, cantada ésta última cuando contaba con 27 años y según lo recogido en el citado estudio, se trataba  de un tema que había aprendido cuando apenas era una niña en su pueblo, en el Estado de Jalisco”.

  Concepción Michel murió el 27 de diciembre de 1990 en Morelia, Michoacán.


(Publicado hoy en "Acordes y desacordes", la sección de música del sitio de la revista Nexos)

viernes, 9 de septiembre de 2022

10 versiones de Frank Zappa a canciones de otros

El genio de Frank Zappa (1940-1993) trascendió más allá de su vida (y digo genio en la más exacta acepción de la palabra). Su música fue siempre tan avanzada que sigue sonando no sólo actual sino adelantada a nuestro tiempo. Sin embargo, esta vez no se trata de hablar sobre su vastísimo repertorio de composiciones propias que van desde el rock y el doo wop hasta el jazz y la música de vanguardia y de tintes sinfónicos. Porque a Zappa también le divertía realizar covers con temas de otros y solía arreglarlos con el mismo virtuosismo con el cual escribía su propia obra. Este es quizás un aspecto poco conocido del autor de obras maestras como “Black Napkins”, “Inca Roads”, “Brown Shoes Don’t Make It”, “The Torture Never Stops”, “The Dangerous Kitchen”, “Hungry Freaks Daddy” o  “Cosmik Debris”, entre muchas otras. He aquí entonces una decena de reversiones del músico a canciones de los más diversos y disímbolos compositores. 

1.- “I Am The Walrus” (original de The Beatles). Contenida en el recientemente editado Zappa ’88: The Last U.S. Show, esta versión resulta verdaderamente sensacional. No sólo por la calidad de los músicos que conformaban en ese entonces a la banda de Zappa (entre ellos el vocalista Ike Willis, el tecladista y saxofonista Bobby Martin, el bajista Scott Thunes y el baterista Chad Wackerman), sino por el espléndido arreglo de metales. Jocoso y divertido, el cover de este clásico escrito por John Lennon es una joya absoluta. 

2.- “Happy Together” (original de The Turtles). Cuando en 1971 Mark Volman y Howard Kayan, miembros originales del grupo estadounidense de rock-pop The Turtles, se unieron a Las Madres de la Invención de Frank Zappa como el dueto vocal Flo & Eddy, incluyeron en el repertorio su clásica “Happy Together”, todo un éxito mundial en 1967. La canción, en su versión zappiana, se puede escuchar en el álbum The Mothers Fillmore East - June 1971, así como también en The Old Masters Box Two, de 1986. 

3.- “Bolero” (original de Maurice Ravel). Una maravilla contenida en uno de los mejores álbumes en concierto de Frank Zappa: The Best Band You Never Heard in Your Life, de 1991. La interpretación de esta banda, a la que el propio Zappa definía como la mejor que había logrado reunir en su vida (tal como indica el título del disco doble), resulta sublime y hace un grande y delicioso homenaje al compositor francés fallecido en 1937 y a su obra más significativa.

4.- “Purple Haze/Sunshine of Your Love” (originales de Jimi Hendrix y Cream). También del The Best Band You Never Heard in Your Life, este divertidísimo par de covers de los temas quizá más emblemáticos de Jimi Hendrix y el supergrupo Cream resultan la mar de divertidos. Zappa tomó a “Neblina morada” y a “El brillo de tu amor” (como se conocen en español) y les cambió algunas partes de sus letras, con ese sentido del humor ultra ácido que lo caracterizó siempre (por ejemplo, cambió la linea “excuse me, while I kiss the sky” por “excuse me, while I kiss this guy”). Musicalmente, aparte de darle un toque semi rapero a ambas composiciones, incluyó sabiamente a la sección de metales y en medio de una atmósfera de película de terror de bajo presupuesto, su guitarra homenajeó a su manera (¿o será más exacto decir los parodió?) a Hendrix y Eric Clapton. 

5.- “Whipping Post” (original de The Allman Brothers). Impactante y poderosa versión de esta gran clásica del rock sureño y canción más que representativa de los hermanos Allman. No hay mucho más que añadir, mejor escúchese y disfrútese (viene en otro gran disco de Zappa, el Does Humor Belong in Music?, de 1984).

6.- “Ring of Fire” (original de Johnny Cash). Frank Zappa no podía dejar de burlarse de la música country & western (como ya lo había hecho en 1979 con el Bob Dylan folk, al parodiar su voz chillona en la canción “Flakes” del disco Sheik Yerbouty) y lo llevó a cabo con este casi himno del intocable (no por Zappa, claro) Johnny Cash. La grabación, en concierto, pertenece también al disco The Best Band You Never Heard in Your Life.

7.- “Stolen Moments” (Original de Oliver Nelson). Esta absoluta pieza maestra del jazz, creada por uno de los más grandes y menos conocidos genios del género, el enorme Oliver Nelson, fue homenajeada por Frank Zappa en su álbum Broadway the Hard Way (1988). El respeto mostrado aquí por Frank hizo que la arreglara e interpretara sin asomos de ironía y con una maestría fantástica de su sección de metales. Una maravilla (la versión original viene en The Blues and the Abstract Truth, de 1961, disco que grabó Nelson con un septeto alucinante –Bill Evans, Freddie Hubbard, Eric Dolphy, Paul Chambers, George Barrows, Roy Haynes y el propio Nelson– en un álbum que ha sido comparado con el Kind of Blue de Miles Davis, grabado también ese mismo año y prácticamente con los mismos músicos).  

8.- “It Ain’t Necesssarily So”(original de George Gershwin). Fabulosa versión guitarrística de esta clásica de Gershwin (aderezada con fragmentos de “The Saint James Infirmary” de Irving Mills) por parte del propio Frank Zappa. El tema, ejecutado en concierto está contenido en el álbum Frank Zappa: Guitar, de 1988).

9.- “Stairway to Heaven” (original de Led Zeppelin). Asombroso cover del gran himno zeppeliniano. Zappa y sus músicos crearon un arreglo con un suave compás de reggae. La voz de Ike Willis es fenomenal (nada tiene que ver con la original de Robert Plant), pero lo más notable es que el célebre solo de guitarra de Jimmy Page fue transcrito nota por nota (por el saxofonista Paul Carman) y ejecutado por todo el combo de metales de un modo exacto y verdaderamente inusitado. El final, con la voz (más aguda) de Bobby Martin y la broma con la cita del tema musical del Gordo y el Flaco, es la cereza del pastel.

10.- “Norwegian Wood/Lucy in the Sky with Diamonds/Strawberry Fields Forever” (originales de The Beatles). Dicen que Frank Zappa despreciaba la música de los Beatles, lo cual es absolutamente falso (lo que sí llegó a cuestionar fue el fenómeno comercial de la beatlemanía que los mismos Beatles rechazaron en su momento). Una prueba del respeto que tenía por la música de Lennon y McCartney es este popurrí en el que si bien Frank cambió las letras para hacerlas abiertamente sardónicas (no podía evitarlo y siempre lo hacía de la manera más divertida), la música quedó intacta, con arreglos de una finura impresionante. Que ningún beatlemaniaco se sienta ofendido. 


(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)

viernes, 29 de abril de 2022

10 canciones sobre la traición



“La palabra traición es traicionera”.

Héctor Aguilar Camín


Los traidores están de moda…, al menos en este delirante México mala y fallidamente cuatritransformado. Ya se sabe, el régimen y su intento absurdo por acusar de traidores a la patria a los diputados de oposición que no votaron a favor de la contrarreforma eléctrica propuesta por el poder ejecutivo. Sin embargo, no es de ese tipo de “traición” que hablamos aquí, sino de ese tema más humano, fuente de inspiración para el quehacer musical y literario, que es la traición, ay, en el amor y el desamor. 

  Traición amorosa: ¡cuántos poemas y cuántas canciones se han escrito en tu nombre! He aquí una decena de ellas. 

1.- “I Heard It Through the Grapevine”. Creedence Clearwater Revival (del álbum Cosmo’s Factory, 1970). Este tema clásico del soul à la Motown ha sido interpretado por infinidad de grupos y solistas, entre ellos Marvin Gaye, Gladys Knight y Amy Winehouse. Hemos elegido sin embargo la versión más oscura y rockera del grupo de John Fogerty para esta canción que habla sobre alguien que ha escuchado “por ahí” (through the grapevine) que su pareja lo engaña y entonces la confronta para que le diga la verdad: “Apuesto a que te estás preguntando cómo supe / de tus planes para ponerme triste / con un tipo que conociste antes… / Me tomó por sorpresa debo decir / cuando me enteré ayer”. El de la voz cantante no sólo está dolido sino también molesto, porque su amante le contó la situación a otras personas primero y él (o ella) tuvo que descubrirlo por las malas.

2.- “You Oughta Know”. Alanis Morissette (del álbum Jagged Little Pill, 1995). Esta gran canción post grunge no sólo lanzó a la fama a la cantautora canadiense sino que se convirtió en un himno feminista reivindicatorio de la dignidad personal. El tema es un rabioso reclamo de una mujer al hombre que la dejó por otra (“¿Sabe ella que me dijiste que me abrazarías hasta el día en que la muerte nos separara? / Hasta el día que murieras, / pero sigues vivo”). 

3.- “Until The End of the World”. U2 (del álbum Achtung Baby, 1991). Aunque en apariencia esta canción habla sobre la traición de Judas a Jesucristo, también puede interpretarse como la historia de una relación tóxica. “Tomé el dinero / Le puse algo a tu bebida… / Me guiaste con esos ojos inocentes, / pero sabes que me encanta el elemento sorpresa… / Besé tus labios y rompí tu corazón / Tú estabas actuando como si fuera el fin del mundo”. Musicalmente también es una maravilla del que para algunos es el mejor disco del cuarteto irlandés.

4.- “If I Fell”. The Beatles (del álbum A Hard Day’s Night, 1964). Una canción engañosamente “romántica”, con una letra llena de ironía beatlesca. Si uno la analiza con atención, se dará cuenta de que habla sobre alguien que prepara el terreno para traicionar a su contraparte amorosa. De hecho, el personaje que canta le dice veladamente a la otra persona que la va a usar para vengarse de su novia por hacerlo sufrir: “Si te doy mi corazón / tengo que estar seguro desde el comienzo / de que tú me amarás más que ella” o “Así que espero que veas / que me encantaría amarte / y que ella llorará / cuando se entere de que estoy contigo”.

5.- “I Don’t Care Anymore”. Phil Collins (del álbum Hello, I Must Be Going, 1982). La historia oficial cuenta que esta canción la escribió Phil Collins contra su ex esposa, quien al divorciarse de él trató de sacarle todo el dinero posible y habló pestes en los medios acerca de lo que fue un matrimonio más o menos catastrófico (“Puedes decirles a todos que soy una desgracia / Puedes arrastrar mi nombre por todos lados / ya no me importa”). Sin embargo, otras versiones dicen que en realidad la letra está dirigida a Peter Gabriel, luego de que este abandonara a Genesis y se burlara de Collins en su canción “Excuse Me” de 1977, haciéndolo sentir traicionado. A saber.

6.- “I Hate Myself For Loving You”. Joan Jett And The Blackhearts (del álbum Up Your Alley, 1988). Rocanrol de primera categoría en la voz sin igual de la divina Joan Jett, quien clama: “Me odio por amarte / No puedo liberarme de las cosas que haces / Quiero caminar pero corro de regreso a ti / Por eso me odio por amarte”. Una mujer espera por su hombre que nunca aparece. Ella quiere romper con él, pero no se atreve a hacerlo y entonces se odia a sí misma. Esa es en síntesis la historia que narra esta canción, la cual retrata algo por lo que la mayor parte de los seres humanos hemos pasado en algún momento, porque los patanes (y las patanas) sobran.

7.- “Whipping Post”. The Allman Brothers Band (del álbum The Allman Brothers Band (1969). Independientemente de que se trate de una grandiosa canción para manejar en carretera, esta pieza híper clásica de los hermanos Allman es todo un viaje en sí misma (muy recomendables también la versión de Frank Zappa en el disco Does Humor Belong in Music?, de 1986, y la de los propios Allman Brothers, en concierto, en su sensacional álbum doble At Fillmore East, de 1971). La letra habla del enorme dolor que siente alguien “por culpa de una mala (y traicionera) mujer”: “Me ha atropellado y me ha mentido / No sé por qué dejé que esa mala mujer me dejara en ridículo / Se llevó todo mi dinero, destrozó mi coche nuevo / Ahora se encuentra con uno de mis mejores amigos / Están bebiendo juntos en un bar al otro lado de la ciudad… / A veces siento como si me hubieran atado al poste de flagelación / Dios mío, siento que me estoy muriendo”. Temazo. 

8.- “Rolling in the Deep”. Adele (del álbum 21, 2011). Dicen por ahí que ninguna lista de canciones de traición estará completa sin al menos una pieza de Adele. En esta gran composición de aires blueseros, ella ve a su pareja bajo una nueva luz y esta no es agradable. Por eso planea su venganza, al mismo tiempo que reconoce cuánto perdieron ambos con una relación difícil que no terminó bien. “Las cicatrices de tu amor, me recuerdan a nosotros / Me mantienen pensando que casi lo teníamos todo / Las cicatrices de tu amor me dejan sin aliento / No puedo dejar de sentir que pudimos tenerlo todo”. Cuando se rueda en lo profundo.

9.- “Bolero falaz”. Aterciopelados (del álbum El Dorado, 1995). Quizás el grupo más conocido de Colombia y una de sus composiciones más célebres. La letra se refiere a la infidelidad desde el punto de vista de la persona que engaña, lo acepta y da sus justificaciones (“Buscas en mis bolsillos pruebas de otro cariño / Pelos en la solapa, esta sonrisa me delata / Labial en la camisa, mi coartada está hecha trizas / Estoy en evidencia, engañar tiene su ciencia”), aunque luego reclama que se le traicione (“¿Quién será esa infame / Que no deja que yo te ame? / Si yo la encontrara / le partiría esa cara”). Un buen tema a decir verdad.

10.- “Animosity”. The Warning (del EP Mayday, 2021). La llamada Generación Z (aquella conformada por la gente nacida entre 1997 y 2012) también padece sus traiciones y sus cuitas amorosas, lo cual queda más que claro en esta canción del power trío regiomontano en el que una joven que ha sufrido un fuerte desengaño sentimental se recupera (“Ya me colapsé / Así que ahogaré mis penas en un mundo inexistente / No se qué es peor / La completa pérdida de tiempo o la erosión de mi mente / Vivo significa estar muerto / Una bala en la cabeza”) y aunque acepta su parte de responsabilidad (“Mi culpa se desvaneció / La ira ha disminuido, pero su sombra aún permanece / Siempre di demasiado / nunca fue suficiente”), trata de reunir la fuerza suficiente para desafiar a quien la traicionó y superarlo (“Me esta matando otra vez / Lo reproduzco en mi cabeza cuando estoy sola / Espero que tú ahora estés solo / No soy yo, eres tú / el que nunca tuvo una pista / Ahógate en tu culpa / Si el karma no te golpea, entonces lo haré yo”). Y repito esta gran línea: “Si el karma no te golpea, entonces lo haré yo”. 


(Publicado hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos).

viernes, 8 de abril de 2022

10 canciones sobre la mentira


(Ilustración: Patricio Betteo)

Vivimos una época en la cual no sabemos bien a bien lo que es verdad y lo que es mentira. Época de fake news y de la llamada posverdad (o post verdad, comme vous voulez). Época en la que las redes sociales y los medios de comunicación se encargan de difundir tantas mentiras disfrazadas de verdad como verdades disfrazadas de mentira. Es un fenómeno global –los años de gobierno de Donald Trump en Estados Unidos son el mejor (¿o peor?) ejemplo–, un fenómeno del cual en México sabemos de sobra –los años que llevamos de gobierno obradorista son el mejor (¿o peor?) ejemplo también.

  Hoy mismo, la invasión rusa a Ucrania es fuente abrumadora de noticias dudosas, posverdades y abiertas mentiras. Como lo han sido en nuestro país las semanas previas al día de esa telaraña política conocida como revocación de mandato.

  A manera de catarsis, he aquí diez canciones relacionadas con la mentira, aunque vista esta más desde la perspectiva ética y moral o como característica intrínseca de los seres humanos. Olvidémonos por un rato de fake news, posverdades y revocaciones y disfrutemos, simple y llanamente, de la música. 


1.- “Dirty Lie”. The Secret Sisters (del álbum Put Your Needle Down, 2014). Esta canción es en sí misma como una fake new… o no. Su origen resulta muy curioso. Fue compuesta por Bob Dylan muchos años atrás, pero nunca la terminó. Por alguna razón no del todo clara (¿una posverdad?), hace ocho o nueve años llegó a manos del dueto estadounidense de folk The Secret Sisters, conformado por las hermanas Laura y Lydia Rogers, quienes completaron la letra y la grabaron con el productor T Bone Burnette, por supuesto con la aprobación del propio Dylan (la versión de este puede encontrarse en YouTube a manera de demo). 


2.- “Lie to Me”. Tom Waits (del álbum Orphans: Brawlers, Bawlers and Bastards, 2006). Un rock muy a la Waits, con un arreglo austero y rasposo y una más o menos sórdida letra que arroja líneas como: “Tienes que mentirme, nena / Sé que tienes un jinete en casa / Déjame ser el tuyo mientras el otro regresa / Dame latigazos, miénteme como un perro / Realmente no me importa si me mientes, nena / No tengo problema con la verdad”. Como digo, muy Tom Waits.


3.- “Lies”. The Rolling Stones (del álbum Some Girls, 1978). Un rocanrolito muy a la Stones que bien pudo pertenecer al disco Exile on Main Street de seis años atrás. La letra habla de un hombre que está harto de las mentiras y las trampas de su novia. Canción no muy conocida, pero sí muy divertida.


4.- “La-La-La-Lies”. The Who (del álbum The Who Sings My Generation, 1966). Una de las primeras composiciones de Pete Townshend, ya con todo su estilo en simiente. Es un simpático rock con elementos de pop, es decir, muy melódico y al mismo tiempo de secos compases, con la batería desatada de Keith Moon, el bajo en ciernes de John Entwistle y la vocalización de Roger Daltrey que se haría clásica en los primeros álbumes del cuarteto británico. Como dato curioso, aunque nunca llegó a puesto alguno de popularidad en Inglaterra, sí logró un honroso cuarto sitio… en Suecia. 


5.- “Little Lies”. Fleetwood Mac (del álbum Tango in the Night, 1987). Compuesta por la gran Christine McVie, la canción habla sobre cómo a veces mentir puede ser mejor y mucho más dulce que decir la fría y dura verdad (“Dime mentiras, dime dulces mentiritas”). Con tono oscuro y melancólico, la música transcurre llena de belleza (sintes incluidos) y por momentos logra convertir al engaño amoroso en algo incluso hermoso. Gran pieza del mejor y más fino rock pop, totalmente ochentera. 


6.- “Would I Lie To You?”. Eurythmics (del álbum Be Yourself Tonight, 1984). Compuesta por Annie Lennox y Dave Stewart, esta clásica de los años 80, con un sensacional arreglo funky que recurrió a instrumentos reales (¡esos metales!) y pocos elementos sintetizados, nos habla acerca de una mujer (en este caso, claro, la propia Lennox) que  confronta a un amante infiel mientras lo deja para siempre. Numerazo.


7.- “Liar”. Queen (del álbum Queen, 1973). Uno de los cortes del disco debut de Queen. La pieza muestra ya el estilo del grupo, con toda su ampulosidad (dura más de seis minutos) quizá no del todo moderada todavía. Una canción de súplica para ser perdonado por haber cometido el pecado de la mentira (“I have sinned, dear Father / Father, I have sinned / Try and help me, Father / Won’t you let me in?”). Ciertamente, hoy pocos se acuerdan de ella a pesar de ser muy buena.


8.- “Lie to Me”. The Pretenders (del álbum Loose Screw, 2002). “Si me vuelves a mentir de nuevo…”, advierte la gran Chrissie Hynde en esta estupenda e irresistible composición que abre el octavo trabajo discográfico de los Pretenders, una de las agrupaciones que abanderaron la corriente new wave de fines de los años setenta y principios de los ochenta y que aún persiste, con Hynde siempre al frente. “Eso no es honesto / Nada de lo que has dicho / ¿Por qué no se lo dices a alguien que te pueda creer? / Porque tengo este sentimiento… / ¿Es lo que llaman déjà vu? / Estoy asintiendo con la cabeza, sí / pero no te creo / Si me vuelves a mentir…”. Sensacional.


9.- “Don’t You Lie to Me”. Chuck Berry (del álbum New Juke Box Hits, 1961). El padre del rock n’ roll y una de sus clásicas (aunque en este caso no tan conocida) canciones. “No me mientas” es un tema berryano con toda la barba. En ella, el legendario creador de “Maybellene” y “Sweet Little Sixteen” (entre muchísimas otras) habla sobre el odio que siente por las mentiras (aunque a decir verdad, en su vida fue siempre un poco mentirosillo) y el maltrato de una mujer hacia él. “Sabes que hay dos tipos de personas que simplemente no soporto / Una mujer mentirosa y un hombre infiel”, canta con cierto cinismo en esta contagiosa “No me mientas” que en otra parte sentencia: “No me mientas / porque me enoja y me pone tan furioso como un hombre se puede poner”. Ok.


10.- “Lies”. The Knickerbockers (del álbum Lies, 1966). Esta curiosa melodía fue muy popular en su momento, tanto que mucha gente pensaba que quienes la cantaban eran los Beatles con el nombre de los Knickerbockers. Lo más curioso del asunto es que estos no eran ingleses, sino nativos de Nueva Jersey, pero quisieron buscar el éxito con un tema con el sonido de la llamada Ola inglesa que arrasaba en el mundo a mediados de los años sesenta. La escribieron en media hora (eso contaban ellos: ¿fake news?) y lograron el éxito momentáneo, aunque se tratara del  típico one hit wonder. Fuera de eso, no trascendieron más. La canción habla sobre una “chica lista” que engaña a un muchacho y lo decepciona (“You think that you’re such a smart girl / And I’ll believe what you say / But who do you think you are, girl / To lead me on this way / Lies, lies / I can’t believe a word you say / Lies, lies”.


(Publicado hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos).

viernes, 1 de abril de 2022

“Money”: disección del nuevo tema de The Warning


Existen dos canciones clásicas que llevan el mismo nombre: “Money”, la vieja composición de Berry Gordy y Janie Bradford (1959) que hicieran famosa los Beatles con su versión para el álbum With the Beatles, de 1963, y “Money”, la suntuosa pieza de Pink Floyd para su mítico The Dark Side of the Moon, de 1973. Ambos temas son extraordinarios: el primero como un rock n’ roll simple y contundente y el segundo como un rock duro con finos elementos de jazz y psicodelia. Muy diferentes entre sí, pero los dos con un elemento de grandeza musical y literaria.  

  “Money” se llama también la más reciente canción dada a conocer por The Warning, el power trío regiomontano conformado por las hermanas Daniela, Paulina y Alejandra Villarreal. No es mi intención compararla con las dos mencionadas, aunque –debo decirlo– no desmerece en absoluto. 

  Séptimo sencillo del EP que será LP y que por ahora se conoce como Mayday, “Money” resulta toda una sorpresa. Desde su estructura y su armado hasta su letra y su arreglo, es muy diferente a los seis cortes anteriores del Mayday. Hay en ella menos vértigo y más fuerza contenida. El beat que la gobierna es más seco y acompasado que en “Evolve”, “Animosity”, “Disciple” o “Z”, pero también es distinto al de las menos rápidas “Choke” o “Martirio”. No hay en “Money”, por ejemplo, los tan característicos fills de la batería de Paulina, sino que esta vez la percusión se basa más en una poderosísima ejecución de los toms, el bombo de pie y la tarola (o snare drum, si se prefiere un término hoy más usual). Todo ello apoyado por el sólido bajo de cinco cuerdas de Alejandra, notable como siempre, pero con un papel preponderante a lo largo de los 3:15 minutos que dura la pieza. Esa es la base que sostiene a la guitarra (también de secos acordes en la mayor parte del tema) y el canto de Daniela, quien muestra de nueva cuenta que es una de las mejores y más singulares voces femeninas del rock actual (y no me refiero al rock que se hace en México sino al del mundo entero). A ello se suman las armonías vocales de sus hermanas, también diferentes a las que suelen hacer desde que grabaron sus dos álbumes previos y que es otro de los sellos característicos de The Warning. 

  Una aguda vocalización de Daniela (“Heyyyy uo-uo-uo-uo”) da inicio a la pieza, seguida por un contundente golpe en el snare, para entrar a la primera estrofa con ese beat ya mencionado y que de alguna manera lejana nos remite a “Seven Nation Army” de The White Stripes. La voz surge de inmediato y sin mayores preámbulos, mientras un magnífico e intencionado riff de guitarra responde a cada línea: “I don’t want to break this down to you (riff) / It’s a cruel thing that we learn to do (riff)”. Aquí mismo se produce un delicioso y sutil cambio rítmico, armónico y vocal: “Cause we all gotta pay for something / We all gotta kill for nothing / Happiness has its price / Less isn’t more in this business / Rapacity will be the illness / That we will learn to love” y ello da pie al breve coro: “Are you worth your weight in gold? / Going once, going twice, sold!”. Breve break y en seguida el verso que conduce al poderoso y contundente riff principal, tocado por los tres instrumentos, como una pared de sonido: “It’s all about that cold hard cash, hon”.

  Ese riff es el que brinda gran parte del poderío de “Money”, pero no todo. Porque lo que sobreviene posee tanta o más potencia. Daniela canta “Go ahead and cry shallow pools of blood / Diamond noose at your throat” y el bajo y la guitarra ejecutan la misma línea melódica, lo que produce un efecto impactante.

  Después de un nuevo “Heyyyy uo-uo-uo-uo”, la fórmula se repite aunque la intensidad va in crescendo, en especial cuando Paulina añade la segunda voz, en una de las partes más deliciosos del tema: “Moral code updates three times a year / Truth that’s dipped in gold just as sincere / I’ll never ask for forgiveness / I come with God as my witness / I pray he’ll wash my hands / It’s sad and that’s true and the world hurts / Sold your soul that’s how it works / We’re human after all”.

  Luego del coro, la intensidad baja de golpe, como en “Choke” o en “Disciple”, sólo que para darnos una parte inesperadamente sensual, con Daniela que canta “Give me that / I want that / Give me that / I want that”, mientras las otras dos voces armonizan con fuerza contrastante: “Cash! / Money! / Cash! / Money!”. 

  La canción vuelve a reventar y las dos últimas estrofas conducen a un clímax que se interrumpe de manera un tanto inesperada y culmina con un “heyyyyy” idéntico al del inicio, para finalizar en forma circular (de hecho, aquí la pieza podría reiniciarse completa y conformar un ciclo interminable –lo cual muchos agradeceríamos, ya que los tres minutos y quince segundos de la composición parecen demasiado cortos).

  La letra (cuya traducción se incluye al final de este texto) es una crítica –en momentos irónica– a la codicia, el poder del dinero y el modo como este nos gobierna, pero también tiene la suficiente sabiduría para evitar el maniqueísmo, matizar y reconocer que de alguna manera también es algo necesario porque, después de todo, somos humanos. 

  He aquí lo que Paulina Villarreal dijo en una reciente entrevista: “La canción tiene como objetivo arrojar luz sobre la oscuridad que rodea a la corrupción y la codicia generalizadas, así como los efectos paralizantes que esto puede tener en la sociedad. Cuando permitimos que el poder y las ganancias tomen el control de nuestras vidas, nuestras tendencias humanas naturales, como sentir empatía y compasión por los demás, se pierden y se olvidan”.

  De vuelta a la música, sobra decir que la producción de David Bendeth es imponente y que la mezcla raya en la más absoluta perfección (escúchese con audífonos para apreciar cada detalle del trabajo de estudio).

  En cuanto al video, el equipo de The Warning, tuvo la inteligencia de editarlo con imágenes de la presentación del grupo en el Foro Sol de Ciudad de México, el pasado 15 de marzo, cuando frente a 55 mil espectadores abrió el concierto de Foo Fighters. Sobre esas espléndidas escenas se montó la versión de estudio (el editor fue Iván Chávez), con una exactitud que hace que muchos no capten la diferencia y piensen que la versión está en directo. 

  The Warning inició al fin su tan postergada gira Mayday, con presentaciones en Saltillo, Torreón, Las Vegas, Austin, Monterrey y Guadalajara. A partir del 18 de abril y hasta el mes de junio, recorrerá más de 30 ciudades de Estados Unidos y Canadá, en un periplo al que se ha sumado, en julio y agosto, su integración como grupo abridor (invitadas por Lzzy Hale) en la gira de Halestorm y The Pretty Reckless por territorio estadounidense, además de otras actuaciones que podrían incluir una nueva fecha, ya como estelares, en CDMX. Esperemos que así sea. 


Dinero


Letra y música: The Warning


¡Oye!

No quiero desglosarte esto

Es una cosa cruel que aprendemos a hacer


Porque todos tenemos que pagar por algo

Todos tenemos que matar por nada

La felicidad tiene su precio

Menos no es más en este negocio

La rapacidad será la enfermedad

que aprenderemos a amar


¿Vales tu peso en oro?

¡A la una! ¡A las dos! ¡Vendido!

Todo se trata de ese helado dinero en efectivo, cariño


Sigue adelante y llora superficiales charcos de sangre

Nudo corredizo de diamantes en tu garganta


El código moral se actualiza tres veces al año

La verdad bañada en oro es igual de sincera


Nunca pediré perdón

Vengo con Dios como testigo

Rezo para que me lave las manos

Es triste y eso es cierto 

y el mundo duele

Vendiste tu alma, así es como funciona

Somos humanos después de todo


¿Vales tu peso en oro?

¡A la una! ¡A las dos! ¡Vendido!

Todo se trata de ese helado dinero en efectivo, cariño


Sigue adelante y llora superficiales charcos de sangre

Nudo corredizo de diamantes en tu garganta


Dame eso, quiero eso

Dame eso, quiero eso


Sigue adelante y llora superficiales charcos de sangre

¿Cuánto tiempo va a durar? 

¿Cuánto tiempo hasta que aprendas?

Otra pila de pecados para ser enterrada

Nudo corredizo de diamantes en tu garganta


¡Oye!


(Publicada el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)

viernes, 25 de marzo de 2022

10 canciones de rock benditamente primaverales


La primavera llegó oficialmente el pasado lunes 21 de marzo y aunque el cambio climático ha hecho que las estaciones del año no sean tan marcadas y distintivas como antaño solían ser, de cualquier manera los aires primaverales siguen estando en el inconsciente colectivo como un signo de inicio, de recomienzo, de renovación.

  En la música, la primavera ha sido siempre un motivo de inspiración para los compositores y en el rock no es una excepción. He aquí entonces una decena de canciones referidas a la primera estación anual, temas quizá no tan conocidos y por ello mismo bastante interesantes. Los dejamos a la consideración del lector.


1.- “Vuelve primavera”. Los Blue Caps (disco sencillo, 1961). Los Blue Caps fueron un conjunto efímero de Ciudad de México que sólo alcanzó a grabar seis temas antes de disolverse. Su estupenda pieza original “Vuelve primavera” (que fue compuesta como bolero antes de transformarse en rocanrol) fue la única que trascendió y se mantiene en la memoria de mucha gente luego de más de 60 años de haber sido dada a conocer. El buen vocalista que la interpretó, René Ferrer, murió apenas al año siguiente, a sus tempranos 22 años de edad, cuando unos policías lo detuvieron y golpearon por orinar en la calle, lo que le provocó un traumatismo craneoencefálico que lo dejó sin vida.

2.- “Where Did the Spring Go”. The Kinks (del disco The Great Lost Kinks Album, 1973). Una verdadera rareza de los Kinks. Escrita por Ray Davies, “¿A dónde se fue la primavera?” iba a ser el tema principal de un musical, pero éste jamás se realizó y la pieza se quedó guardada –al igual que algunas canciones más, desechadas de otros discos de los Kinks– en los archivos de Reprise Records. Cuando el grupo fue despedido de la disquera, ésta decidió juntar todos los cortes “perdidos” que archivaba, de los cuales poseía los derechos, y los sacó en un disco de larga duración en contra de la voluntad de Davies y compañía. Entre ellos estaba “Where Did the Spring Go”.

3.- “Spring Fever”. Elvis Presley (del álbum Girl Happy, 1965). La canción “Fiebre de primavera” pertenece al sexto álbum de Elvis Presley que en realidad era la banda sonora de la película Girl Happy (“Loco por las chicas”, se llamó en español), una de esas cintas intrascendentes que el cantante filmó con profusión. El tema es un breve y olvidable rocanrolito que no pasó al repertorio posterior de Elvis. 

4.- “Filipino Box Spring Hog”. Tom Waits (del álbum Mule Variations, 1999). Waits en toda su crudeza bluesera y minimal. La canción es por demás extraña y la letra verdaderamente hermética, aunque en ella mencionó por primera vez a su esposa Kathleen (“Kathleen was sittin’ down / In Little Red’s Recovery Room / In her criminal underwear bra”). Mule Variations es uno de sus discos más desconcertantes, mas no por ello menos fascinantes (lo acepto: el título no hace referencia a la primavera sino a un colchón box spring, pero no pude resistir la tentación de incluir el tema en esta lista).

5.- “Springtime”. Donald Fagen (del álbum Kamakiriad, 1993). Hay discos perfectos para manejar en la carretera y Kamakiriad de Donald Fagen es uno de ellos. El fundador (junto con Walter Becker) de Steely Dan realizó esta delicia discográfica hace hace ya casi 30 años y su funk jazzeado (o su jazz funkeado) nos remite a los tibios calores de la primavera y al aire fresco que nos despeina mientras vamos on the road, para recordar a Jack Kerouak. Una delicia.

6.- “Spring”. Rammstein (del álbum Rosenrot, 2005). Pocas cosas tan inimaginables como que una canción de Rammstein lleve por título “Primavera”. La metalera agrupación alemana entregó una canción de beat acompasado y de oscuras e irresistibles guitarras que remite más al invierno por las sensaciones que provoca (pero “Spring” se llama). Un gran corte con ciertos aires de metal sinfónico. 

7.- “Spring Haze”. Tori Amos (del álbum To Venus and Back, 1999). Toda la belleza etérea de la música de Tori Amos está en esta composición de atmósfera medieval. “Bueno, sé que es sólo una neblina primaveral / 

Pero no me gusta mucho cómo se ve / Y si los presagios son un regalo de Dios como los hombres que entran con la brisa”, reza poéticamente el inicio de la pieza que inevitablemente nos remite a Kate Bush, clara influencia en el estilo de Amos. Una preciosidad.

8.- “Can’t Stop the Spring”. The Flaming Lips (del álbum Oh My Gawd!!!, 1987). El riff de la guitarra me remite al de una vieja canción cuyo nombre y grupo que la tocaba no logro recordar. Pero es casi idéntico. Hay quienes también afirman que es igual a un tema del primer disco de los propios Labios Ardientes, llamado “Unplugged” (el tema, no el disco). Como sea, se trata de una pieza siniestramente juguetona, como tantas otras del grupo liderado por el delirante Wayne Coyne.

9.- “I Am the Spring”. Morcheeba (del álbum Blood Like Lemonade, 2010). Alejado de su tradicional estilo que entremezcla el trip-hop con el pop, Morcheeba hizo esta hermosa balada acústica, en la que la voz de Syke Edwards canta “Yo soy la primavera, el amor está floreciendo”. No hay mucho que agregar, sólo hay que disfrutarla.

10.- “The First Days of Spring”. Noah and the Whale (del álbum The First Days of Spring, 2009). “Es el primer día de la primavera / y mi vida está comenzando de nuevo / Los árboles crecen, el río fluye / y su agua lavará mis pecados / Porque creo que todos tienen una oportunidad /

para joderse la vida / Pero como un árbol cortado, me levantaré de nuevo / y seré más grande y más fuerte que nunca”, canta la agrupación londinense en esta bella y discreta pero muy emotiva canción de amor, casi un himno que culmina clamando que “hay una esperanza en cada nueva semilla / y en cada flor que crece sobre la tierra / Y aunque te amo y lo sabes / Bueno, ya no sé lo que vale eso / Pero volveré contigo en un año más o menos / y lo reconstruiré todo / Prepárate para verme convertido en la persona en la que creías / en la persona que solías amar / Todavía estoy aquí esperando que algún día puedas volver”.


(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)