martes, 28 de julio de 2015

Neil Young Vs. Monsanto

Vale: imagina que eres un músico veinteañero, hijo de una gloria de la música country y que formas un grupo que tiene como su principal ídolo a Neil Young. Un día te enteras de que el canadiense va a tocar en tu ciudad y les dices a tus compañeros: “tráiganse sus instrumentos al concierto de Neil y vemos si nos deja tocar con él”. Resulta que el autor de “Harvest” los acepta y palomean juntos varias de sus mejores canciones. Se despiden y semanas o meses después, el propio Young te llama por teléfono para decirte que tiene varias piezas nuevas, que piensa grabarlas en un nuevo álbum y que quiere que sea tu banda la que lo acompañe en el disco.
  “Es como si hubiera muerto y me hubiera despertado en el paraíso o como si hubiera ido volando en un avión y éste de pronto se metiera en una nube sobre el Triángulo de las Bermudas para aparecer en una nueva dimensión. Así de increíble y fantástico fue grabar con Neil Young”, cuenta Lukas Nelson, hijo del cantautor Willie Nelson, luego de que su agrupación, Promise of the Real, participara como acompañante de aquel en su nuevo álbum, The Monsanto Years (Columbia, 2015).
  Estamos ante un nuevo gran disco de Young, a pesar de que persista en su sempiterna actividad de denuncia contra el "Sistema", las trasnacionales, el capitalismo, la guerra, etcétera. El que las canciones sean, digamos, de protesta, no estorba en absoluto para que sean melodías realmente buenas. Sí, hay grandes críticas contra la “malvada” empresa Monsanto y sus prácticas transgénicas o contra la cadena Starbucks y demás, pero todo posee tal fuerza rocanrolera y a la vez tal finura armónica que uno se ve envuelto en la belleza de la música, ya sea que esté de acuerdo o no con las posturas del bueno y rabioso de Neil (y ni tan rabioso: se nota que grabó este plato con bastante buen humor).
  Algunos apuntan que si lo hubiera hecho al lado de sus viejos colegas de Crazy Horse, el sonido habría sido más crudo y auténtico. No lo sé. Me parece que Promise of the Real cumple a las mil maravillas y que no desmerece en absoluto. Un disco espléndido de este enorme músico de 69 años.

(Publicado en Milenio Diario)

martes, 21 de julio de 2015

La traición de Tame Impala

¿Soy yo o hay algo de artificioso en muchos de los grupos y solistas que surgieron por medio del MySpace, el YouTube y otras redes de ese tipo? Por ejemplo el caso que hoy nos ocupa y que es el del grupo australiano Tame Impala y su muy reciente álbum, Currents (Carolina/Interscope), aparecido hace apenas cuatro días.
  Tame Impala cuenta con una amplia cauda de seguidores en todo el mundo y México no es la excepción (de hecho, ha venido dos veces a nuestro país y nos visitará de nuevo este año). Con su pinta de hippies pasteurizados y su sonido impoluto, estos músicos lograron gran éxito con su disco Innerspeaker de 2010, por medio de una propuesta que de algún modo recordaba a la psicodelia de los años sesenta (con un toque de los Stone Roses y otro de los Flaming Lips) y en la que predominaban las guitarras. Fue ese sello el que los hizo gozar de la aceptación del público, a pesar de la demasiada limpieza de su estilo (o quizá por ello).
  Pero hete aquí que con Currents las cosas han cambiado de la manera más radical. Por principio de cuentas, el grupo (o más bien su líder, Kevin Parker) dijo adiós a las guitarras para sustituirlas por sintetizadores y suscribirse a un electropop que recuerda a New Order, los Pet Shop Boys o MGMT. Las canciones suenan mucho menos a jams espaciales y mucho más a ese pop con sintes que hizo furor en los ochenta. No más temas como “Lucidity” (quizá mi favorita de Tame Impala), “It’s Not Meant to Be” o las célebres “Elephant” y “Feels Like We Only Go Backwards”.
  Current es una propuesta que Kevin Parker bien pudo sacar como un disco solista, mas prefirió hacerlo bajo el nombre de la agrupación que regentea. No es un mal producto, en absoluto. De hecho, se trata de un disco muy bueno en lo suyo. Hay canciones excelentes, como “Let It Happen” o “New Person, Same Old Mistakes” (título que parece una justificación anticipada de Parker). El problema está en los seguidores del grupo, muchos de los cuales podrán sentirse traicionados frente a la nueva propuesta. ¿La aceptarán? Muy pronto lo sabremos.

(Publicado hoy en Milenio Diario)