martes, 18 de octubre de 2016

Dylan para principiantes


No se preocupe usted, querido lector. No le voy a dar aquí los pormenores de la vida de Bob Dylan. Para conocer su biografía basta con acudir a Wikipedia, a AllMusic.com y a tantos sitios donde seguro hallará extensos datos al respecto.
  El título de la columna se debe a que entre quienes han criticado la controvertida decisión de la Academia Sueca que otorga a Dylan el Premio Nobel de Literatura de este año, me he encontrado argumentos francamente asombrosos y que, en muchos casos, bordan el límite del ridículo y demuestran un verdadero desconocimiento sobre la obra del autor de “Desolation Row” y la trascendencia que ésta ha tenido, a lo largo de más de medio siglo, para la cultura del mundo.
  Desde cosas tan burdas como “Le dieron el Nobel a un cantante para drogadictos” (juro que lo leí en las redes), hasta citas mal traducidas de las letras de las canciones más sencillas del compositor (incluidas algunas que él no escribió), a fin de demostrar “su baja calidad poética”, la metralla de los exquisitos en contra del buen Bob no ha parado desde que se dio a conocer la noticia.
  Por supuesto, hay quienes han argumentado a favor. Cito al escritor mexicano Óscar Aparicio: “Ginsberg, Kerouac, Yeats, T.S Eliot, Pound, Tennyson, Coleridge, Wordsworth, Poe, Conrad, Carroll, Blake, Dante, Crane, Whitman, Rimbaud, Baudelaire, Joyce y muchos más habitan el orbe dylaniano. Hemos leído tanto sobre él que a veces lo obviamos y olvidamos. Dylan es lo más parecido que tenemos a Shakespeare y a Joyce. Sus canciones remiten lo mismo a una batalla de la guerra civil, una huelga de 1955, Vietnam, Nueva Orleans, Madrid, Mississippi, Nueva York. Una forma de atemporalidad fílmica en viñetas de tres u once minutos”.
  O a Joaquín Sabina: “Llevo diciendo por lo menos veinte años que Dylan es el mejor poeta de América y de la lengua inglesa actual y también el que más ha influido en varias generaciones”.
  Pero ni así se convencerán los cultos detractores.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" en la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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